LET THERE BE ROCK (III)

Johan se mostró demasiado escéptico cuando hablamos ayer, incluso parecía que se controlaba para no reír, ese hijo de puta siempre tan seguro de todo, seguramente cree el muy imbécil que lo estoy inventado todo, pero ya veremos cuando escuché el poder de esta música primitiva y su cara se transforme. Aquí viene con su risilla de superioridad…y viene con todo sus amigos del yoga!, maldito bastardo! Espero que el poder de los antiguos idióticos me acompañe…. ¿pero qué carajos estoy diciendo?! Estoy invocando a los idióticos?! Pero si eran idiotas ellos destruyeron el 65% de la biodiversidad! Parece ser que esto está saliendo de control, si sigo así quizás pronto llegaré a afirmar que antes se vivía mejor y ahora sí a los campos de salvajes.
-Hola Johan, veo que vienes acompañado.
-Si (sonrisa mordaz y canallesca) son mis colegas del laboratorio, al ver tu emoción de ayer me pareció pertinente que ellos presenciaran tu gran descubrimiento.
-Está bien, ya conecté el equipo, ahora si todos se ponen un par de audífonos multifónicos, ok ¿todos listos? Aquí va.
…..
Los conecto y boom! Ojos inyectados, exaltados, pupilas dilatadas, todos en una especie de paroxismo mortal. Un cañonazo sonoro que se les mete por la médula, pobres yoguis no se lo esperaban, un par de chicas se ponen a llorar como bebes desamparados, un tipo se quita los multifónicos y niega con la cabeza como diciendo “esto no puede ser, no puede ser cierto”, uno de esos refinados practicantesdeyoga se mueve como si se estuviera quemando, Johan pasa de tener esa sonrisa burlona a un rictus que parece que esta asqueado, luego parece que quiere decir algo pero sólo mueve la mueca como balbuceando, yo los miro como quien ríe al último… Nadie dice nada. Todos miran al suelo como si todos estuvieran desnudos (mentalmente se encuentran desnudos), se siente un aire de extrañeza, nadie quiere mirarse a la cara. Al final de esa parte que se hace llamar Bad Boy Boggie (en lengua bárbara) como nadie dice nada rompo el silencio incómodo y digo:

…..
-¿Qué tal?
-……(sin palabras durante unos instantes….
-¿Qué tal pues? – repito.
-No, no puede ser…. Me estas bromeando….. los idióticos no pudieron llegar a tal cosa!-grita el imbécil de Johan.
-Créelo o no, escuchaste lo que escuchaste: un disco de la época idiótica y tu viste lo que paso-reviro con superioridad
-Si es así, nadie más debe escucharlos ve lo que provocaron. Dámelos los destruiré.- Johan el vehemente
-¿Destruirlos? Pero ¿por qué?- Incredulidad de mi parte.
-TÚ no entiendes!... si dejamos que escuchen esto regresaremos a la barbarie de antes!-dice Johan enfurecido
-Sabes? Quizás le haga falta un poco de barbarie a la sociedad.
-Estás loco? ¿qué hay de las guerras absurdas? ¿Qué hay de la parálisis de la cultura? Si dejamos que el mundo escuche esa porquería todo volvería a ser como era antes de que la junta de la Confederación se hiciera cargo!
“…Es el año 2205 y la Confederación de Las Américas cuida que los recursos naturales estén bien distribuidos, cuida que sus habitantes se encuentren siempre seguros y felices, “Vivir en La ConfAmec es el paraíso” es un dicho popular entre los ciudadanos de dentro y fuera de nuestra nación de naciones, corazón y alma del mundo, culminación del sueño Bolivariano….” Cita inoportuna del Diario Oficial de La Confederación.

-Todo eso lo he pensado pero creo que la gente necesita saber que no todo es el yoga y el tofu, que no todo lo idiótico tiene que ser malo si se toma con medida, necesitan ese caos en sus vidas. Yo creo que la junta se aprovecha del miedo para poder gobernar sin que nadie se entrometa.
-Calla! Calla!
Y en eso sonó una alarma, verán, mientras Johan y yo discutíamos una de las chicas que lloraba llamo a los guardias, al momento de escuchar la alarma volteé y ya venían hacia mi un escuadrón casi completo.

De repente hubo humo y una mano tomo la mía. Sin saber muy bien quien era me deje llevar, digo no podría ser peor que ser arrestado en ese momento o sí? La mano misteriosa y su dueño/dueña/loquesea me llevaron al baño, hasta entrar al baño me di cuenta de que se trataba de una mujer de mediana edad, de pelo negro hasta los codos, mirada dura y profunda de ojos grises, vestía unos harapos y me dijo: Te has arriesgado mucho muchacho (o sea yo), te sacaré de aquí pero antes necesitamos el disco”.
Le dije:
-No está aquí, sólo traje una copia del audio, el original está en mi casa, de todas formas ¿quién eres tu y por que habría de llevarte al “disco”?
-Yo soy tu salvación, si regresas allá te llevarán a Fuerte Pochótlac, si vienes conmigo te llevaré con alguien que quizás sepa algo del disco que quisieras saber. Puedes dudar lo que quieras, sólo te digo que tienes menos de un minuto antes de que entren esos gorilas de la guardia diurna.
Le tomo la mano como diciendo “¡Adelante!”, de entre sus harapos saca un paquete que coloca en la pared, me dice “tírate al piso” y boom! Vuela la pared de las tuberías, me dice “bajaremos hasta el fondo”.

Una hora después salimos a una calle solitaria, como a 2km del edificio de Historia Antigua SA - sucursal laboratorio, volteó a mirar el edificio, es extraño los últimos 15 años había entrado y salido de ahí sin fijarme bien en el edificio y hoy no podía dejar de mirarlo, algo dentro de mí me decía que esta sería la última vez que lo vería, mi salvadora pudo haber intuido algo de esto y me dejo por un rato después me empujo diciendo “es hora de seguir”. El camino se veía ante nosotros y yo con más dudas que antes le sigo, “cómo te llamas?”, ella voltea y me ve con sus ojos penetrantes y dice “me llamo Anabel, ahora no más preguntas y vamos por el disco”. Así que en silencio seguimos los siguientes 5km.