HIPPY TRIPPY DIPPY YIP YEAH!

En un principio fuimos nómadas, perseguiendo el sustento, durmiendo bajo las estrellas, siempre buscando que hay más allá, en la infancia de la humanidad sólo sobrevivían los mejores, somos los descendientes de los Hércules y los Einstein de la era de las cavernas, hicimos nacer nuestra conciencia(¿lentamente o de un sólo golpe?) recorriendo el mundo. Antes que la cultura, antes que la civilización, antes que tú y que yo, tuvimos ese natural interés por saber que había más allá.

La vida era tan intensa que a los treinta años ya eras viejo (bueno hoy en día la vida no es tan intensa pero sigues siendo viejo a los treinta, saludos Abbie Hoffman).

El cazador-recolector descubrió América antes que Colón.

En un principio fuimos nómadas ¿qué nos pasó?

Lo sé es una visión muy idílica de la edad de las cavernas, el punto era usar una introducción para decir que la necesidad de viajar ha sido parte de nuestra naturaleza. Piedra que rueda no hace moho. Hoy en día viajar se ha vuelto demasiado superficial, el turismo es como viajar en una jaula, entiendase turismo por el tipo de personas que buscan hacer exactamente lo mismo que hacen todos los pinches días sólo que en diferente uso horario. Luego está el viaje al interior, la mirada hacia dentro, las drogas psicodélicas pusieron en voga este término, bueno eso en occidente porque antiguas culturas vienen usando el viaje al interior como medio de autoconocimiento desde hace rato. Algunas ocasiones los dos viajes son lo mismo, viaje hacia fuera, hacia la nueva experiencia, nueva experiencia que propicia un viaje al interior, adentro viendo para afuera, your outside is in, your inside is out.

En la fantasía jipiteca promedio, un viaje a Oaxaca, a Real de Catorce o Nayarit cumple con los requisitos. En la Ciudad de México, con su caos del diario, hay un disco que me lleva a esos parajes (mentales porque nunca he estado por allá).

El disco es Feathers de Dead Meadow.

Plumas, es el trabajo de unos chavos drogos con la más jipi intención de viajar, viajar y seguir viajando, aquí no hay intenciones de revelar verdades ocultas, nah, si las hay que las encuentre quien escucha el disco, más pacheco que ácido, más como un interminable viaje hacia Aztlán. El disco, como el título lo indica, es ligero como una pluma, el escucharlo dará una sensación de ingravidez. Para quien no guste de tonadas psicodélicas con guitarras como mantras mejor absténgase, le podría resultar monótono, que no se los vendan como stoner rock o hard rock, que no lo son, suenan más bien a esos pasajes pinkfloydescos melancólicos con guitarras acuosas, el ritmo es el adecuado, ni marcadamente lento ni innecesariamente rápido, en nuestro vagar por la imaginación de como sería el vagar de nuestros antepasados este es el soundtrack perfecto (si se entendió verdad?).

Una de mis favoritas es Heaven, con su batería que suena como llovizna y su guitarra triste y su letra acerca del bien
y del mal
y de dios
y del diablo, cuyos cachetes son las nalgas de dios

The leader of this land
thinks that evil has a life of its own
Don't he know the shadows that he sees
are nothing but his own

al final sólo nos dicen

Heaven isn´t too far, it´s far enough
We've been here for too long not long enough

El disco es más y más de eso, pachekatasqueishion, viaje y más viaje, en una de esas si llegan a Aztlán, que no está tan lejos, sólo lo suficientemente lejos.

Algunas rolas les recordaran a pasajes pachecos del BRMC.

Bájenlo y recuerden cuando fuimos nómadas, cuando el viaje era parte de nuestra necesidad.


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